domingo, 14 de marzo de 2010

"¡Siento temblores todo el día!"

Esa es una frase que he escuchado a menudo, tras el terremoto del 27 de febrero pasado.

Hace unos meses, estuve revisando unos nuevos estudios respecto al sueño mientras se duerme, y creo que le encuentro un paralelo con esta sensación de "se me mueve el piso" que todos estamos teniendo.

En este estudio, se analizaban patrones de ondas cerebrales de un ratón mientras recorría un laberinto. Impresionantemente, se podía ver exactamente el mismo patrón mientras el ratón dormía. Efectivamente, estaba reviviendo la situación, casi como simulando alternativas diferentes.

De este experimento, se dedujo que en el sueño, el cerebro se reactiva, se desconectan los músculos y se reviven hechos ocurridos durante la vigilia. Es la forma que tiene nuestro cerebro de analizar y aprender de los hechos del día.

Ahora, ¿que sucedería si estos hechos fueran traumáticos, y requirieran un análisis y aprendizaje acelerado dada la critica situación? Es mi opinión que la evolución ha hecho que nuestro cerebro tenga también un estado de emergencia, en el que no espera al sueño para comenzar a analizar los datos y los procesa durante la vigilia, simulando, reviviendo y analizando diferentes escenarios. El efecto secundario de esto sería el revivir una y otra vez la sensación de estar en un sismo, y la consiguiente sensación de temblores inexistentes.

Todo esto, mantiene nuestro nivel de adrenalina alto, nos prepara y podría ser un mecanismo más de supervivencia con el que contamos.

CTP

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